viernes, 31 de octubre de 2014

mirrow


Hubo un momento en el que creía que por fin era yo. 
Fue unos segundos, pero para mi fueron eternos. 
Una sensación totalmente desconocida para mi. 

Estaba bailando delante del espejo de mi casa por que es una extraña y fascinante forma de desahogarse. También un pequeño secreto. Adoro bailar. No digo que lo haga bien y tampoco quiero dedicarme a ello pero lo que me hace sentir siempre es especial. 

La música sonaba por toda la casa, pobres vecinos, pero era mi momento y quería aprovecharlo al máximo. Mientras corría, saltaba y me sincronizaba con la música de fondo pase delante de un espejo y me puse a bailar con más esmero con la curiosidad que saber como me veían los demás cuando bailaba y pensé que sería divertido. Mientras lo hacía, hubo un momento en el que me pare de golpe y me mire sorprendida. ¿Esa era yo? Caray. Lo que he cambiado en 4 años ha sido una barbaridad, mírate. Me dije a mi misma. Entonces note en el pecho y mente algo cambiado, algo nuevo. Y estuve muy muy feliz por ello. 
Una pena que fueran unos segundos. 
Volvió esa voz y volvi a estar como antes. 
Apague la música, deje de bailar y me fui a mi cuarto pensando cuando volvería a tener esa sensación de quererse de verdad. 
Espero que sea pronto. 

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